Es importante, para que tu delivery online sea exitoso, que tus clientes se vean tentados por la comida de tu restaurante, y para eso, ¡tiene que estar bien fotografiada!
No más esas fotos donde los platos se ven desprolijos o poco frescos: si sigues algunos sencillos tips, podrás lograr vos mismo que todos mueran por probar tus especialidades. ¡Seguí estos sencillos tips y preparate a aumentar tus ventas por delivery!
Podés usar la cámara que tengas a mano ¡o incluso tu celular!
En la fotografía, lo más importante de todo es la luz, por lo que es fundamental que la escena esté bien iluminada. La luz del día es mucho mejor que cualquier lámpara o fuente de luz artificial.
La comida luce mucho mejor si utilizas luz lateral, por lo que estar junto a una ventana con buena entrada de sol podría ser de mucha ayuda. ¡Intentá hacer las fotos en un lugar donde la luz sea abundante! La oscuridad o luz escasa es lo que hace que las fotos se vean de mala calidad.
También es mucho mejor si hay un sólo tipo de luz. Por ejemplo, si estás utilizando la luz natural (sol), no mezclar con una lámpara, porque tienen tonos diferentes y la foto quedará muy heterogénea.
Es muy importante que la comida esté recién hecha, por lo cual, primero prepará la escena y el fondo, colocá todo lo que sea necesario y luego recién prepará la comida, que es la protagonista de todo.
Para que la comida no pierda ese necesario protagonismo, procurá que el fondo sea lo más neutro posible. Intentá no utilizar manteles llamativos o platos coloridos, la comida es lo que tiene que resaltar y nada más debe acaparar la atención.
Es recomendable que antes de comenzar, te inspires viendo fotografías profesionales de alimentos, para intentar imitar su calidad. Por ejemplo, en Instagrams o Facebooks de restaurantes o marcas gastronómicas o en revistas del rubro. Además podés practicar un poco antes, a algún plato que estés por comer, para adquirir algo de agilidad.
¡Es muy importante que las fotos se hagan apenas la comida esté lista! Por lo que no hay que perder tiempo.
También es recomendable que no esté del todo cocida, porque esto genera que pierdan brillo y “vida”. Recuerda: la comida no tiene que estar apetitosa, sino lucir hermosa, porque nadie comerá ese plato que vamos a fotografiar. Todos los esfuerzos deben ir a lo estético.
Tratá de que tus planos sean cerrados, es decir, de cerca; porque como ya dijimos, la comida es la protagonista. Visualizar tu casa, tu heladera o tu perro que pasa por detrás no suma interés a la fotografía, sino todo lo contrario, desvía la atención que tiene que estar puesta en tu plato.
Para fotografiar sándwichs, los ingredientes de adentro deberían estar dispuestos de forma tal que se vean del lado en que se va a fotografiar. Pues el otro lado no nos interesa ya que no se verá. Por lo cuál, el tomate, los pepinos, el queso o la lechuga, por poner ejemplos, deben verse todos perfectamente (además de haber seleccionado los que lucen mejor y haberlos cortado de manera prolija).
Si estás fotografiando comida líquida (sopas, guisos, etc.) lo importante es que se vean los elementos grandes, y que parezcan flotando en el plato. Para esto, pueden utilizarse elementos de apoyo como papas o cualquier objeto que sirva para que estos ingredientes queden levantados.
Primero, colocamos éstos en el plato para después rellenar con la parte blanda, sin que ésta cubra todo. ¡De esta manera tu sopa o guiso se verá irresistible!
Para las bebidas, lo mejor es diluirlas, pues esto les añade más brillo y claridad y no se ven tan apagadas. Imprimirles movimiento y fotografiar al momento de servir en el vaso o copa puede ser muy útil para que se vean más vivas. En el caso de las bebidas frías, usar un difusor con agua y rociar el vaso le suma la sensación de frescura. ¡No tengas miedo de experimentar!
Por último, si manejás algún programa de edición de fotos, realzar los colores o mejorar el contraste puede servir mucho. ¡Pero cuidado! Procurá que de hacer esto, los colores no se vean demasiado distorsionados y se vean lo más realistas posible.
De no lograrlo, mejor que dejes la foto sin editar. Nadie quiere comer una lechuga verde agua o una carne violácea. Pero, como dijimos, no perdés nada con experimentar, sino todo lo contrario, las fotos pueden salirte cada vez mejores. ¡Paciencia y concentración!